Los manantiales han sido durante siglos testigos mudos del desarrollo de Torremolinos, el hilo conductor de la historia de nuestra ciudad. El agua que brota de la sierra de Torremolinos y produce fuerza, tanta como para florecer una industria, la de los molinos que durante años giraron en nuestra ciudad.
En torno al agua se engalana la historia de Torremolinos, se levantaron sus viviendas y su entramado urbano, que tras el boom del turismo se convirtió en la ciudad que hoy ves, pero donde la esencia acuífera, aún perdura en los pequeños detalles y en la historia de la ciudad. Una historia que se vincula ineludiblemente al agua que durante siglos ha fluido por sus caminos hasta perderse en el mar Mediterráneo.
De ese pasado ligado al agua, quedan en algunas calles de Torremolinos símbolos de la fuerza que suponían los manantiales. A lo largo de la historia, han sido varias las fuentes públicas que han dado agua en Torremolinos. La fuente de Bajondillo y la Fuente de Carrasco, situada en el cruce entre calle San Miguel y calle Casablanca, ya desaparecidas dan pie en el Camino del Agua, a la de la Plaza Costa del Sol, que durante años estuvo desplazada de su posición original, pero que tras la remodelación de la plaza y su reconversión en peatonal, ha vuelto a su origen convirtiéndose en uno de los elementos decorativos de la plaza y de mayor valor etnográfico. La fuente data del año 1873, y es parte del mobiliario más antiguo que conserva nuestra ciudad.
Si sigues el denominado Camino del Agua, tras la Fuente de la Plaza Costa del Sol, te encontrarás con la Fuente del Calvario. Durante años los vecinos de este barrio tradicional y pintoresco de Torremolinos, han hecho uso de su agua, que lleva regando la zona desde la década de los 50 o 60. La encontrarás en la intersección de la calle Fernando de Prado con calle Europa.
Muy cerca de ella nos encontramos con otra fuente que rara vez encontrarás vacía, ya que los vecinos de Torremolinos siguen surtiéndose de su agua para su uso. Se trata de la Fuente del Pinar, que encontrarás en el área recreativa de los Manantiales, en la zona de los Pinares, justo detrás del parque acuático.
Aprovechando que desde los manantiales bajaba un importante cauce de agua, los habitantes decidieron levantar varios molinos a una y otra orilla del cauce, o ‘cau’ como familiarmente se conocía al mismo. Fueron floreciendo desde el siglo XV promoviendo diversas industrias en el entramado de Torremolinos. Algunos estiman que los primeros molinos fueron instalados por los árabes, quienes también erigieron la Torre Pimentel. Otros consideran que los molinos son más antiguos que la torre.
Lo que sí parece estar claro es que los molinos tuvieron gran importancia a la hora de designar nuestra ciudad y fueron hasta la primera década del siglo XX, vitales para el desarrollo. El agua fluía de los manantiales de La Cueva e Inca y esta proporcionaba la fuerza para mover las muelas que o bien trituraban el grano o metales. Puedes ver un ejemplo en el Jardín Botánico Molino de Inca, donde el sonido del agua te llevará a recordar la historia de la ciudad.
Uno de los primeros documentados es el Molino de la Plana, un molino que servía para la industria del papel. El Molino de Inca tuvo uso harinero. Estuvieron funcionando hasta 1923 cuando se produjo el desvío de las aguas de Torremolinos hacia la ciudad de Málaga. El último en dejar de funcionar, el Molino de Manojas.
Se trata de una ruta senderista que unirá el centro de Torremolinos y la historia vinculada a los manantiales y al agua con dos de los entramados senderistas de los que ya puedes disfrutar en Torremolinos: la Gran Senda de Málaga y la Senda Litoral. Podrás conocer y pararte en las fuentes y los distintos ecosistemas que encuentras en nuestras calles mientras conocer la cultura y patrimonio histórico de Torremolinos.
Destacan dentro del Camino del Agua algunos puntos geográficos de especial valor paisajístico, como el nacimiento del Cañuelo o las Cuevas del Toro y de los Murciélagos hasta llegar a la zona conocida como La Cañada del Lobo, donde encontrarás un mirador donde podrás disfrutar de las mejores vistas de la Bahía. No te olvides de hacerte la tradicional foto con la escultura del lobo, y por supuesto compártela con nosotros a través de nuestras redes sociales.